Cristián Muñoz, su líder y también presidente de Hortach, explica que el objetivo es ser un aporte desde el conocimiento técnico-productivo al debate público y legislativo. Aúna a distintos gremios agroalimentarios y no pretende ser una federación de gremios, ni tener posiciones políticas, partidistas o ideológicas.
Fue en marzo de 2022, cuando en el Congreso se discutía la ley que buscaba proteger las turberas, en la que un artículo que prohibía la importación de ese producto ponía en riesgo la producción agroalimentaria, que siete gremios del agro se unieron.
El problema era que la turba es un insumo clave para la producción de plantines para la producción de hortalizas y frutales, pero la utilizada llegaba toda de fuera, por lo que prohibir su ingreso no tenía justificación.
Ante esta amenaza, siete gremios de la cadena alimentaria se unieron para hacer estudios y demostrar que no había un sustituto adecuado para la turba y que no contar con ello incluso arriesgaba la seguridad alimentaria del país.
El problema se resolvió, el artículo cuestionado, el 3, fue eliminado, pero los gremios agrícolas se dieron cuenta de que la unión les había permitido reunir información técnica para apoyar el desarrollo del país y decidieron conformarse como la Coalición del Agro, con estructura legal a través de una corporación.
«Vimos que este tipo de unión era necesaria para impulsar la producción alimentaria. La cadena agroalimentaria estaba prácticamente completa: desde la producción de semillas, plantines, distribución de insumos agrícolas, producción de frutas y hortalizas, exportaciones, e incluso producción de bulbos. Nos dimos cuenta de que teníamos una potencia inédita desde el punto de vista técnico», comenta Cristián Muñoz, presidente de la Asociación de Productores de Hortalizas de Chile (Hortach), quien es también el presidente de la Coalición.
Muñoz reconoce que en el sector existen numerosos gremios, que tienen sus propios departamentos de estudios, pero que en la discusión de la Ley de Protección de la Turba Chilena se dieron cuenta de la importancia de contar con información oportuna para validar la postura del agro, pero no desde lo político o ideológico.
«Una de las principales razones por las cuales se crea la Coalición de gremios del Agro es evitar el sesgo político o la identificación político-partidista, pues todos nos consideramos exclusivamente del partido de la producción alimentaria», enfatiza categórico.
Insiste en que esta organización tiene como fin potenciar el conocimiento técnico y que no busca convertirse en una federación de gremios, sino en «asociarnos con fines específicos desde el punto de vista técnico para generar información que sirva de base a los procesos legislativos y a los temas regulatorios de la cadena agroalimentaria».
Aquí no se busca, por ningún motivo, contraponerse a organismos, gremios o federaciones ya existentes, sino muy por el contrario, aportar a las mismas. De hecho, nos hemos reunido con los principales referentes nacionales para presentar nuestra iniciativa y ponernos a disposición para aportar en lo regulatorio y así contribuir a la seguridad alimentaria», insiste.
Fue desde ahí que se plantearon crear el Instituto del Pensamiento del Agro, entidad que, por ejemplo, ya existe con las mismas características en Brasil y en donde la Coalición es el ente jurídico y técnico. «Aquí la opinión es transversal de los distintos actores, desde la producción de semillas hasta la exportación, y apunta a elaborar antecedentes técnicos de todo el quehacer productivo y ponerlo a disposición para el Estado y para las instituciones que así lo necesiten, para hacer comprender cómo opera y cuál es la complejidad de la producción agrícola y su cadena». Esto porque el enfoque es lo técnico de lo productivo, insiste.
«El objetivo es que, cuando alguien, por ejemplo, diga que hay que cambiar alguna herramienta productiva específica, nosotros podamos decir cuál es el sustituto y plantear alternativas. Por eso queremos trabajar con nuestros departamentos de estudios y con la academia, queremos vincularla mucho. Este grupo inicial a futuro se incrementará con nuevos socios afines, la academia, personas relevantes que en su conjunto impulsen el desarrollo silvoagropecuario de nuestro país», explica.
En este momento están trabajando en la formación del directorio del instituto.
«Lo que queremos es que tenga un carácter semi-colegiado y que sea objetivo en sus opiniones, para que no tenga el sesgo propio de cada uno de los gremios. El objetivo final es ser un aporte al desarrollo agroalimentario de nuestro país», explica Muñoz. Agrega que por lo mismo están abiertos a incorporar a otros actores «para que sea un organismo lo más colegiado posible, para que esté validado desde lo técnico y alejado de cualquier postura político-partidista o ideológica».
Comenta que, asimismo, ya están conversando con los distintos actores del poder legislativo y ejecutivo «para ponernos a disposición y para actuar como consultores en el evento que se requiera información precisa de cómo enfrentar una materia técnica».
Fuente: Revista del Campo, El Mercurio.